Eduardo Torroja y su aportación

Tras los diferentes repasos que hemos compartido a lo largo de estas semanas, con vistazos a las trayectorias de Gustave Eiffel, Rudolf Diesel y Hal Lyengar (ingeniero jefe detrás del Museo Guggenheim Bilbao), toca ahora el turno de mantener nuestra mirada dentro de nuestro territorio.

Hoy hablaremos de Eduardo Torroja Miret. Profesor, investigador, constructor y, sobre todo, ingeniero. Con una dilatada carrera, su extraordinaria labor en el campo de la ingeniería civil le ha valido un merecido reconocimiento a lo largo de la historia.

Así pues, conoce ahora por qué los planteamientos y estudios de Eduaro Torroja siguen siendo objeto de estudio alrededor de todas las facultades de ingeniería alrededor del mundo.

Eduardo Torroja despuntó desde joven en la Compañía de Construcciones Hidráulicas Civiles.

Hijo de padre matemático, Eduardo Torroja ingresó en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Con un paso exitoso a través de la carrera, conforme finalizó se incorporó a la Compañía de Construcciones Hidráulicas Civiles. Estaba dirigida por el que fuera uno de sus profesores en la citada Escuela de Caminos. Debido a su jóven ingreso en la compañía, ya desde joven empezó a despuntar por sus aportaciones. Entre ellas, destaca la que realizó para el puente de Sancti-Petri en San Fernando, Cádiz.

La principal aportación llevada a cabo en esa obra fue, precisamente, la que lanzaría su carrera como experto en hormigón. La cimentación del puente, construido como una celosía de hierro para la que la línea férrea de Sevilla a Cádiz salvara el Caño de Sancti Petri, estaba construida con un novedoso sistema de cajón flotante. Esto le hace caso de estudio en universidades de todo el mundo.

El cajón flotante de Eduardo Torroja. Una aportación para siglos de historia.

La experiencia del ingeniero, que ya había trabajado en el Acueducto de Tempul. Este acueducto fue una obra de ingeniería realizada en 1864 para comunicar Jerez de la Frontera con el manantial de Tempul, situado en Algar. Con 46 km de recorrido, supuso una obra ejemplar para el abastecimiento de aguas. Incluye manantiales, estanques, depósitos, minas, puentes-acueductos, puentes-sifones y casetas de registro.

La experiencia con el acueducto permitió a Eduardo Torroja idear un sistema novedoso de cimentación para el puente de Sancti-Petri.

Acueducto de Tempul
Acueducto de Tempul. Obra de Eduardo Torroja Miret. Archivo Eduardo Torroja Miret. Ministerio de Fomento.

En un primer momento, Los cajones de cimentación fueron construidos sobre la ladera del caño de Sancti Petri. Hasta aquí, nada nuevo en el proyecto que marcaría uno de los puntos más importantes de la carrera del ingeniero. Lo verdaderamente interesante fue excavar el terreno hasta la altura de la bajamar, para inyectar aire al cajón, conseguir disminuir su calado y poder transportarlo flotando hasta el lugar de su ubicación. Para que dicho cajón pudiera ser fondeado y colocado igualmente mediante el uso de aire comprimido, Torroja ideó un cajón de planta circular en contra de lo habitual que eran cajones de planta rectangular. Tanto la pared exterior como la interior estaban formadas por hiperboloides de revolución.

Detalle del cajón de cimentación de Eduardo Torroja Miret
Detalle del cajón de cimentación de Eduardo Torroja Miret.  Esqueleto de hiperboloides de revolución. 23 de diciembre de 1926. Archivo Eduardo Torroja Miret. Ministerio de Fomento.


Para poder otorgarle al puente la rigidez contra el pandeo, se utilizaron un anillo interior de unión de ambas paredes y radios metálicos. Gracias a esta disposición, los cajones resultaron sumamente económicos, no siendo necesario ningún encofrado.

Cajón circular de Eduardo Torroja
Cajón circular de Eduardo Torroja. Se observan los hiperboloides de revolución, en las paredes. Archivo Eduardo Torroja Miret. Ministerio de Fomento.

Un legado de casi 100 años de historia en España.

El resultado del trabajo de Eduardo Torroja resulta en 144 metros de longitud, separados en tres tramos de 48 metros, respectivamente. Por tanto, tras 94 años de historia, el que puede parecer un puente más de la geografía española resulta ser, en realidad, objeto de estudio contínuo año tras año en las diferentes facultades de ingeniería. El grado en Caminos, Canales y Puertos recoge, para la formación de los alumnos, esta aportación de un ingeniero español a la historia de la ingeniería civil.

En 2026 se cumplirán cien años de una de las obras de ingeniería más importantes con marca española. En las manos de todos queda la capacidad de proteger, cuidar y conservar el amplio patrimonio del que disponemos. Parte de ese patrimonio es el trabajo de Eduardo Torroja Miret.

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